Fue un día de verano. Hacia calor. Era de mañana. Media o una hora de viaje en catamarán. El catamarán estaba lleno, había mucha gente, alguna de ella en la parte de arriba del barco. Al llegar nos dispusimos a hacer una ruta de poca dificultad. Una horita que nos sirvió para abrir el apetito. Comimos en el monte de picnic, aunque el quisiera podía comer en dos o tres restaurantes cercanos. Comimos una empanada de berberechos que nos hizo la boca agua. Una siesta, después de los medicamentos y  a jugar a las cartas o a la playa.

 Fue una excursión que se hizo corta pero que mereció la pena aunque se podían hacer rutas más interesantes, una playa nudista y un centro de visitantes que muestra la historia de Ons.